un paseo más

comienzo mi recorrido por las calles de la cuidad a solas, con la única intensión de pensar de sentir y admirar los grandes complejos estéticos...
del mismo modo pretendo purificar mi mente... evitando pensar, en el aroma de tú piel, en los besos y las caricias dadas aquella sombría y lúgubre noche...
continúo mi caminata y evito pensar en cada una de las frases que susurraste en mis oídos aquella madrugada, cuando nuestras almas se por instantes y nos hicimos uno con el universo...

continúo caminando, el aire fresco de una tarde agosto llega hasta mis mejillas y baja un poco lo sonrojado de mis mejillas al evocar la imagen de aquel encuentro...

trato de purificar mi cuerpo, poniendo mi mente en blanco, pero es imposible el olor de tú piel, los besos, las caricias, rondan aún mi ser, se han apoderado de mi conciencia, de mi vida y mi mente...
me detengo veo mi figura en un aparador, observo mis ojos a través de las gafas oscuras, sonrío y viene a mi mente otra imagen, otra idea, el cosquilleo del estomago o el continuo temblor de las piernas o el dolor de las caderas, sonrío de nueva cuenta y camino ... veo el mundo, los edificios, los autos; sus colores, contrastes y la estética...
imagino mi cuerpo junto al tuyo, despejo esa idea, pero es imposible ceder, vuelvo a caer presa de los recuerdos, las alucinaciones, los sueños... me pregunto sobre lo real o lo irreal y nada contesta...
sólo regreso a la imagen de tú cuerpo y a la sensación de aquella gota de sudor rodando por mi espalda.
en ese instante un cosquilleo casi mortal se apodera mi cuerpo, que se contorsiona, se altera... o simplemente se detiene.
vuelvo a ver tú cara, tus gestos, tus mirada... reproduzco tus palabras y recuerdo cómo tomabas mis caderas...
espero, camino, veo, pero sigues junto a mí robando mi individualismo, me haces presa de tú olor, de tus manos y deseos....
de pronto comienza a llover y en lugar de cubrirme en algún techo o resolana, me regocijo en la sensación tan placentera de la lluvia fría cayendo sobre la piel, sonrío, grito, lloro o medito y llego a la conclusión que la lluvia será la que ayude a mi cuerpo ha olvidar o borrar tu pasión...
pero, por el contrario la pasión se incrementa en mi ser...

llego al sitio indicado estas sentado esperando... me ves, me tomas entre las manos, y me susurras al oído que aquella noche, esa noche, nuestra noche, viviste el momento más erótico de tú vida, yo calló y sólo recuerdo mi cuerpo enlazado al tuyo... el sudor de tu espalda y mis caderas temblantes...
vuelvo a mirarte, el cosquilleo regresa... la sinrazón hace su aparición ... cerramos la mirada a la vida y nos arrojamos al placer... al sudor con aroma a felicidad y al dolor convertido en delirio... callas, ríes o lloras...
me detengo y continúo mi camino...
al final del paseo y del día, te espero como siempre al anochecer, entre las sábanas, que conocen mis alegrías y tristezas, con el cuerpo semi desnudo y la mente siempre en blanco y abierta...,

(y que de decir de las sensaciones que omito, de las caderas movedizas, de los senos enrojecidos o del cosquilleo mortal de la espalda...)